Casi todos relacionamos a las lágrimas con las emociones, pero este fluido, además de expresar tristeza o alegría, cumple con funciones muy importantes para la salud ocular. ¡Descúbrelas!
Por: María Elena Moura.
Las lágrimas han obsesionado a los artistas desde tiempos remotos. Protagonizan poemas, novelas o canciones, y aparecen en esculturas, pinturas y películas de distintas épocas para manifestar las emociones más intensas del ser humano.
Sin embargo, debemos decir que este fluido siempre está ahí, “a la vista” de todos, formando discretamente la película lagrimal que cubre al ojo y que cumple con funciones tan específicas como sorprendentes.
Todos sabemos que las lágrimas ayudan a humedecer y limpiar la superficie del ojo, pero hay más: nos permiten observar con claridad porque cubren o compensan ciertas irregularidades en la superficie de la córnea (parte frontal transparente del globo ocular), de modo que ésta funciona como un cristal perfectamente pulimentado, sin distorsionar las imágenes.
Y ya que hablamos de la córnea, debemos decir que este tejido no cuenta con vasos sanguíneos, por lo que las lágrimas le permiten obtener el oxígeno y los nutrientes que necesita, así como eliminar el bióxido de carbono que produce.
Por si fuera poco, las lágrimas ayudan a remover células muertas y cuerpos extraños, además de que contienen sustancias que evitan infecciones y sirven como vehículo para que las células del sistema inmunológico intervengan en la reparación de heridas corneales.
Antes se pensaba que la película lagrimal estaba formada sólo por agua y minerales, pero ahora sabemos que no es así, ya que cuenta con tres capas o fases:
Queremos compartir contigo cinco datos interesantes para que amplíes tu conocimiento sobre las lágrimas:
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